jueves, 7 de noviembre de 2013

SAS!!



Hasta el día de hoy he asistido a dos puestas en escena: Su alteza serenísima, bajo la dirección de Perla De la Rosa y de la autoría de José Fuentes Mares; de la otra me reservo los datos, no quiero que opaque esta excelente obra; en esta no perdí mi tiempo, reí bastante, disfruté la historia y sus actores se adentran en sus personajes, los viven y lo más importante, Jiménez, quien es el secretario, interactúa con el público o viceversa, el caso es que los espectadores debemos seguir las indicaciones de él cuando la Alteza Serenísima pida nuestra opinión.

        La obra inicia con "La marcha triunfal de Aida" y luego saltan a escena la esposa de Santa Anna y una criada, quien es la única que ve la realidad (por así decirlo) que se vive en ese hogar, puesto que creen que su Alteza es un gran presidente, que ha hecho mucho por la nación, y como él lo dice, "me dieron una nación para gobernar, y yo les devolví dos". La Alteza al principio de la obra le dicta a Jiménez, quien es manco, la supuesta historia que vivió en sus años de combate, en donde el recibió un disparo en el corazón y a los tres días resucitó, y no vayan a pensar que ha alguien más la ha sucedido esto, él ha sido el único. El acto de escribir la historia me recordó que cada quien cuenta cómo mejor le plazca o convenga, y surge el sentimiento de qué si lo que aprendí en mis clases de historia fue una mentira.



    Un aspecto que hay que destacar es la llegada del comisionado estadounidense, automáticamente todos los personajes lo reciben de la mejor manera y le muestran respeto. No se diga por parte de la Alteza, que se muestra sumiso y trata de aparentar que es inteligente, específicamente al tratar de hablar ingles. La silla intocable de su Alteza, ¿qué representa? Representa el poder, el poder que cree tener, no en vano está ubicada al centro, porque es el cetro de este rey que inventa su historia ; pero, ¿por qué no se enfureció la Alteza cada vez que el gringo se acercaba a ella? Muy fácil, eso demuestra que el mexicano siempre se va arrodillar ante aquel extranjero que cree superior y que solamente llega con la idea de dominarlo y poseerlo.
    
        Un conflicto más es que desgracia los colegas/consejo de su Alteza tienen problemas y no pueden asistir a una reunión que planea, y aquí es cuando Jiménez le pide al público que prácticamente le siga la corriente a su amo: dicho momento sorprende al público, al menos, tenía la idea errónea de que aquí en Juárez nunca vería una obra que permitiese eso. Esta parte arranca muchas risas y carcajadas y más aún cuando la Alteza señala que va formar un partido político que llevará por siglas: SAS, Su Alteza Serenísima, más egocéntrico este personaje no podía ser y no sé porque ese partido me recordó mucho al PRI, !Ah ya! Fue por los 60 años de presidencia. El desenlace de la obra es bueno, porque la Alteza termina con un ataque de asma (parecía más de corazón) y con un tremendo dolor de gastritis, y que como buen y próximo mandatario de una nación, todos corren a salvarlo, sobretodo Jiménez, quien tolera todos los desplantes y locuras de su jefe.


    Como excelente obra, claro que muestra rasgos de la actualidad, haciendo referencias a la política (espero que el Sr. Rector no se haya molestado), al PRI y sus diez sexenios y los dos que le prestó al PAN. La verdad, espectáculos de este tipo valen la pena ir a ver y deberían de ser apoyados.

*Fotografías cortesía de Zayra Rosales Urbina.

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