domingo, 20 de octubre de 2013

Mitos mezclados



Ahora damos un paso atrás y toca el turno de hablar sobre una obra de tema prehispánico. La obra lleva por título La ciudad de los carrizos y fue escrita por Antonio González Caballero. La trama es muy sencilla y logra acaparar al lector, de alguna manera lo mantiene en suspenso y lo sorprende sobretodo, cuando aparece el indicio de un posible incesto entre hermanos, que más adelante es confirmado por Garza Azul; la manera en que relata el encuentro de ellos de alguna manera es especial, quizá suene absurdo, pero es el ideal para una pareja de enamorados.

      Lo interesante en ella o mejor dicho, lo que la hace interesante es que González Caballero mezcla varios mitos: el cómo se realizaba un sacrificio humano; la posible llegada de extranjeros (españoles) que van a ocasionar la muerte; y el de la pasión de Jesucristo. Debo reconocer que en su momento no identifiqué que el autor al estar combinando un tema católico (de origen español) vs. uno netamente mexicano: los sacrificios; es oponer dos cultos, pero afortunadamente al inicio de la obra se hace la aclaración de que es mera coincidencia el que se parezcan los mitos a los que hoy conocemos.

      La parte teórica de esta semana es una recopilación de las teorías vistas anteriormente. El autor de esta semana es Kurt Spang con Apuntes para la definición y el comentario del drama histórico. Después de ambas lecturas, evidentemente González Caballero manipuló a su complacencia los ya nombrados mitos, acomodándolos para su beneficio. A diferencias de obras teatrales, ésta no nos sirve para ubicar un hecho o personaje histórico; en las otras conocimos una parte de la vida de Cortés o de la Malinche, pero en esta no es posible. 






sábado, 19 de octubre de 2013

La última



Al parecer todo indica que esta es la última Malinche que se verá en el curso (la Malinche era mejor que Cortés); esta obra fue escrita por el dramaturgo chihuahuense Víctor Hugo Rascón Banda (1948-2008) y puesta en escena por Johann Kresnik (1939- )

      Aquí la historia gira alrededor de tres Malinches, que evidentemente son la misma pero en diferentes etapas de su vida: joven, adulta y vieja; la historia inicia en el Congreso de la Unión en donde una diputada (la Malinche) pide que su nombre forme parte de él, puesto que gracias a su ayuda se logró que su nación progresara; pero gracias a su irreverente propuesta, le propinan tremenda golpiza. Un diputado también sube a pedir que se escriba con letras de oro el nombre de un gran hombre, que fue él que realmente transformó la nación: Hernán Cortés. 

     Lo interesante y raro a la vez, es que la Malinche acude a una psicoanalista, pero ambas están desnudas; la verdad no le encuentro sentido a que las dos estén de esta manera, pero como dato extra, debo escribir que Kresnik es un director extravagante, para muestra la foto de arriba en donde se ve a la Malinche envuelta en una boa. A decir verdad, la obra está llena de escenas que la mayoría va catalogar como fuertes, un ejemplo de ellas, cuando la Malinche está diciéndole a Cortés que no funciona como hombre, que así como se jacta de ser un buen guerrero.

     No hay que dejar de lado la teoría correspondiente a esta semana: Herbert Lindenberger, llamada Historical Drama.  Si tratamos de ver algo verdaderamente histórico dentro de esta obra lo veo un poco imposible por las siguientes cuestiones: en ningún momento se puede imaginar a la Malinche pidiendo que se le considere como parte de la historia, así como una especie de Mujer Maravilla; peor aún, a una Malinche que necesita consejos y acude a una psicoanalista. O a la inversa, a un Cortés que se le considere un héroe, aunque a diferencia de la Malinche, él trató de cambiar la historia a su favor (ya lo vimos con Leñero). Queda claro que Rascón Banda adaptó a la Malinche a su respectiva época,  pero cayó en la exageración con los toques que le dio Kresnik.

domingo, 13 de octubre de 2013

Cortés y sus fantasmas




Seguimos con la moda: hablar de Hernán Cortés y de su eterna enamorada, la Malinche; no es que ya este cansada de contarles de ellos, al contrario, estoy de lo más contenta al conocer los diferentes rostros que estos grandes autores nos brindan de estos personajes históricos, pero lo malo es que los confundo, así que sí llegase a repetir algo ya escrito en participaciones anteriores es debido a dicha confusión.

     La obra que toca en esta ocasión lleva por título La noche de Hernán Cortés y fue escrita por Vicente Leñero.  En esta obra encontramos al mejor de todos los Cortés vistos hasta ahorita (si esto lo mencioné antes, perdón) porque ya está casi en el punto final de su vida y delira constantemente y gracias a las descripciones de Leñero, podemos asumir que fue en decadencia. La tarea de Leñero es mostrar cuatro etapas de la vida de Cortés, de las que según él, fueron punto clave para crear el mito sobre su vida: su estancia en Cuba, Cempoala, Coyoacan y Sevilla. De una manera breve estos son los momentos esenciales: cuando conoce a Catalina y es obligado a casarse con ella, cuando conoce a la Malinche y la lleva consigo, cuando recuerda las matanzas, la llegada de Catalina a México para ser asesinada y al viejo Cortés delirando en Sevilla, que trata de escribir la historia a su manera y mejor conveniencia. La Malinche de esta obra trata de quedar como una especie de mujer maravilla en las escenas finales, y es justamente cuando le arroja la lanza a Cortés; dicha escena me parece absurda. La escena que es totalmente denigrante y que posiblemente fue cierta, es cuando la Malinche es ofertada ante Cortés y le hacen tocamientos como si fuese una mercancía (que realmente lo era).

     Aquí otro factor interesante es que a lo largo de toda la obra Cortés va ser atormentado por unos cuantos fantasmas que representan sus cargos de conciencia, de todo el mal que hizo en México gracias a sus absurdas ambiciones, y que afortunadamente en eso se quedaron, porque no consiguió un puesto como gobernante y mucho menos riquezas. El fantasma más importante es el de la Malinche, claro, era el de una mujer dolida por las traiciones de su amado.

    Lo que nos deja entre ver esta obra es que posiblemente lo que ahora conocemos como Historia tal vez no sucedió así, y lo digo de manera general, no solamente de este momento de la Historia en México. No hay que dejar de lado la teoría, que en este caso fue aportada por Hayden White, llamada El texto histórico como artefacto literario. Dicho texto habla de lo qué implica el escribir la Historia (he ahí el enlace con la obra de Leñero); una pregunta fundamental podría ser: ¿cuáles son las formas posibles de representación histórica? Quizá sea un tanto erróneo y arriesgado responder a esta pregunta, pero considero que después de tantas versiones que he leído sobre la estancia de Cortés en México, me pregunto ¿cuál es la real o la que al menos se acerca más a la realidad? Sé que la mayoría de los escritores hacen la aclaración de que se basaron previamente en textos que realizaron algunos cronistas o frailes, pero, quién nos garantiza que son meras invenciones; es aquí cuando el lector debe de buscar la coherencia que nos dice White "un buen historiador profesional es la coherencia con la cual recuerda a sus lectores la naturaleza puramente provisional de sus caracterizaciones de los acontecimientos..." p. 109. Esto me dice que el escrito que me cuente un hecho histórico debe tener lógica.

   Cortés siempre vivirá en nuestro mundo al igual que la Malinche, es por ello que los escritores los retoman algunas veces como personajes de sus obras.

!Un volado!



¿Cuántas veces hemos jugado un volado? ¿Águila o sol? Creo que todos. La obra de teatro de Sabina Berman lleva por título Águila o sol, publicada en 1984, en donde nos cuenta (una vez más) la participación que tuvieron Hernán Cortés y la Malinche en México. Afortunadamente Berman nos los presenta muy diferente: por ejemplo este Cortés al hablar mezcla en el castellano algunas palabras en inglés y una que otra en latín. Berman introduce un coro y un mariachi (son mejor que los que aparecen en Corona de fuego). El pasaje histórico que nos muestra es muy sencillo y lo redacta de una manera muy cómica, o mejor dicho, introduce personajes graciosos como los cómicos del teatro callejero o el hijo que quema la casa porque su madre se niega hacerse católica.

      ¿Y de dónde viene el título de esta entrada? Considero que los pobladores que sobrevivieron al feroz ataque de Cortés debían convertirse al catolicismo o practicar su antigua adoración a los dioses, así que decidir esto se volvía un volado, aclaro que en sentido figurado, porque obviamente debía ganar el catolicismo de alguna manera u otra.

    Un punto que no hay que dejar de lado y como cada semana, es el relacionar esta obra con el texto teórico, y esta ocasión el asignado fue uno que a pesar de ser muy extenso es fácil de entender: "Elementos de dramaturgia (para el análisis)" del autor García-Barrientos. Este texto estudia: Escritura, dicción y ficción dramática, el tiempo, espacio, personaje y visión. Si intentamos relacionarlos con la obra ya citada de Berman encontramos muchos aspectos, por ejemplo, el espacio, ¿qué encontramos? Primeramente encontramos otro teatro dentro de esta obra (metateatro) y está representado por una tarima pequeña en donde los actores realizan sus mini-presentaciones, por citar alguna, la que realizan con marionetas en donde aparece la Malinche tratando de explicar qué es el catolicismo y por qué deben ser creyentes a él. Para esto, hay que destacar que en una acotación (ya no serán llamadas didascalías como antes), o mejor dicho, en una página introductoria, la autora aclara que el espacio en donde debe representarse la obra debe de ser de cinco metros por tres metros, desde mi perspectiva me parece pequeño y más aún si le sumamos el  espacio que ocupa la tarima, debo confesar que la primera vez que leí la obra me pareció sumamente absurdo, sentía que reducía de alguna manera los movimientos de los actores, pero hoy lo veo de otra manera, siento que esa reducción ayuda a que la atención del espectador se centre en la representación y  se distraiga observando alguna otra parte del escenario. Siguiendo por la línea de las acotaciones, me parecen muy claras y ayudan al lector a imaginarse la escena tal vez cómo realmente la soñó Berman.

      Por el lado de la utilería, hablemos un poco sobre un banco que se aclara que debe aparecer en escena, banquito en donde se subirá Moctezuma a dar uno de sus discursos, esto evidencia nuevamente que el escenario no está adecuado del todo, por eso el utilizar dicha herramienta que ayuda a dar altura al rey y mostrar la supuesta inferioridad que posee ante los demás. Uno más sería el telón que se supone está cubriendo la pequeña tarima, cuando van a usar la marionetas.
     Es un texto que da mucho para analizar y es sumamente divertido y recomendable.